Pero sabemos que la política como la historia son cíclicas y dan revanchas y el tiempo es el único que va a demostrar que nosotros los que defendíamos a Alberto Fujimori teníamos la razón. Ahora Keiko se aleja y asciende por la escalinata del nuevo puente peatonal enclavado frente al Coco Chavez, y yo creo mas que nunca en los ángeles protectores y guardianes. La escoltan una caravana de incansables Fujimoristas que perfilan la silueta del horizonte al atardecer. La princesa Sofía se detiene, nos ilumina con su sonrisa, levanta la mano, se despide agradecida -por nada- pienso yo, gracias a ti por ser autentica y por defender a tu padre con uñas y dientes como también nosotros estamos dispuestos a defenderlo.
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