( una cronica de karlo zevallos )
Muchas veces he pensado que nosotros hemos tenido grandes privilegios por formar parte de una banda como Angeles de Arena. Aveces sin darnos cuenta hemos estado involucrados en cosas mayores, como por ejemplo, haber tenido la oportunidad de brindarle un concierto nada mas y nada menos que a Keiko Fujimori, el día de su cumpleaños y haber estado frente a ella y a toda la cúpula del Fujimorismo a dos metros de distancia.
Cuando fuimos invitados a participar en esta digna celebración, nos entusiasmamos mucho, pero no estábamos seguros de la presencia de Keiko justo en el momento en que nosotros hagamos nuestra presentación, puesto que habían muchos artistas y todos querían participar, al fin y al cabo con aportar un granito de arena para la alegría de la hija del Expresidente, estábamos tranquilos. Esa noche todos los artistas hicieron su mejor actuación para la congresista. Cuando nos llego el turno, salimos como de costumbre, modestia aparte, dispuestos a hacer bailar a todos, Keiko incluida. Sabíamos que el rock de los 80 es de su época y que la serenata rockera era un regalo que seguramente iba a ser muy apreciado por la chinita Fujimori, y si que lo fue. Keiko se empezó a mover con los primeros acordes de la noche rockera y conforme se puso mas álgido el concierto, ella se fue llenando y contagiando de nuestra música. Mark también lo hacia y Giuliano, el vocalista, lo noto y la invito a subir al escenario. La fiesta empezó, Keiko saltando como nunca antes, Mark a su lado eufórico, la sonrisa de la plana Fujimorista, complices y felices de ver a su lidereza en otra faceta, aplauden con sinceridad. Yo también estoy saltando, feliz, la música me domina, me envuelve, pero ahora la emoción es doble, Keiko me abraza, me agradece, nos agradece a todos, yo le quiero decir mil cosas y solo le enseño el color de mi sonrisa. Le debemos mucho a esta familia pienso yo. Somos privilegiados, no hay duda.